TODOS TENEMOS ALGO EN COMÚN
Desde el día 1 de tu vida empezaste la aventura llamada vida, una
aventura que no promete que todo será un jardín de rosas en cambio, te asegura
que muchas veces será todo lo contrario. Pero esto es lo que hace que la vida
no sea simple y monótona, sino que compleja.
Yo quisiera muchas veces que la vida fuera más simple, quisiera que la
vida omitiera problemas familiares, problemas económicos, que la vida le
pusiera un alto a la muerte y no se llevara a quienes hemos amado tanto.
Perdóname por relucir mi humanidad, pero muchas veces lo he pensado y
mucho más en los momentos complejos donde grito por dentro diciendo: ¡PAREN
TODO! Porque se nos hace difícil muchas veces seguir de pie.
El hecho es que todos estamos en el mismo barco. Tú y yo tenemos algo en común, tenemos una aventura y es distinta para cada persona. Aunque no lo creas hasta las personas con mucho dinero también tienen vidas complejas que ni te imaginas, nadie está exento.
Pero nos toca ponernos los zapatos y correr esta carrera. Todos los días correr es nuestra mejor opción, sea que a veces camines por lo agotado que estás, solo sigue moviéndote.
No te estanques, no le des oportunidad a la voz que te dice que pares, tú sigue. Busca la motivación correcta, eso significa no mirar la situación en cambio poner nuestros ojos en el autor y consumador de nuestra Fe. Esa es nuestra motivación, darlo todo por él, gastarnos por él.
Recuerda, estas palabras que no vienen de mí, pero sí de nuestro entrenador que además es también nuestro papá, Dios. Él dice que siempre estará con nosotros. En medio de tormentas y dificultades prometió no abandonarnos.
Me hace bien el pensar que en medio de esta carrera, cuando los obstáculos llegan a nosotros, Dios nos grita motivándonos, esos gritos dicen “Tú puedes”, “Sigue Adelante”
“No te rindas”. En medio del caos y de la tormenta, si tú pones atención, podrás escuchar estas palabras. Isaías 41:13
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