1ª Juan 1:5-6
Sal de la
oscuridad “Este es el
mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y
en él no hay nada de oscuridad. Por lo
tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos
viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad”. 1
Juan 1:5-6 Este texto lo escribe Juan, el discípulo amado de Jesús, aquel que
cuando todos huyeron y se escondieron porque Cristo estaba siendo crucificado,
se quedó a su lado e inclusive se encargó de cuidar de la madre de su maestro.
Juan puede hablar de comunión e intimidad con Jesús, Juan estuvo en los
momentos más importantes de su vida mientras estuvo en la tierra Juan caminó
con él, habló con Jesús, aprendió de El e inclusive le tocó después de su
resurrección. Este mismo Juan nos está recordando por medio de este verso
que aquella persona que dice conocer a Jesús, que se hace llamar discípulo o
que recibe el nombre de Cristiano pero tiene áreas en su vida ocultas a la luz
de Cristo, sencillamente no está siendo honesto con Dios, ni consigo mismo.
La única forma en que podemos escapar a una oscuridad
espiritual, a situaciones caóticas, circunstancias que preferimos esconder o
que nos avergüenzan, no es por medio de prácticas religiosas, ni a través de
caretas que aparentan una perfección falsa, sino debido a una comunión real,
genuina e íntima con Jesús. Jesucristo es luz, toda su vida en la tierra
fue clara, nítida, nada hizo Jesús a escondidas o a espaldas a Dios, ni de los
hombres. El desea que nuestra vida sea igual; transparente y honesta. No sólo
con las personas a nuestro alrededor, sino con nosotros mismos pero sobre todo
con El. A los hombres podemos engañarlos, es fácil vivir de pretensiones y
mantener un estatus ante las personas pero esto no deja más que un rastro de
insatisfacción, amargura e inconformidad. No es posible vivir de manera plena
cuando aún hay oscuridad en nuestras vidas, porque tarde o temprano llegamos a
ser esclavos de la misma. El propósito de Jesús es que
practiquemos la verdad, porque eso trae luz a nuestra vida y nos hace libres.
Su Luz nos da la plenitud que nuestra alma tanto desea. Decide hoy vivir en
la luz de Cristo, permite que El entre a tu vida y alumbre aquellas áreas que
por tanto tiempo te han quitado tu libertad y transparencia. Recuerda que no
depende de ti sino de la intimidad que estés dispuesto(a) experimentar con tu
Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario