…QUE SIGÁIS SUS PISADAS” (1 Pedro 2:21b) Vuelve a mirar a Jesús
¿Dices que quieres parecerte más a Jesús en tu “día a
día”? Bueno, vamos a ver cómo vivió Él:
Nunca
tuvo prisa. Jesús nunca tomó decisiones apresuradas, aunque se sintiese
presionado por otros. ¿Por qué? Porque un negociador
hábil sabe que esperar es un arma; aquel que se precipita, por
regla general, se estrella. La espera revela las debilidades de
cualquier plan o proyecto, y además las intenciones de los que te rodean.
Generalmente,
tus equivocaciones más grandes ocurren por falta de paciencia.
Piensa “a largo plazo”. Jesús dijo:”Con vuestra paciencia ganaréis
vuestras almas” (Lucas 21:19). ¡Tomó tiempo para descansar! Escucha:
“Venid vosotros aparte… y descansad…” (Marcos 6:31). No había nadie más
ocupado que Jesús. Todo el mundo quería algo de Él. Cuanto más éxito
tengas, más gente querrá estar contigo. Jesús se apartó un tiempo para
poder recibir. Él sabía que no puedes dar lo que no tienes. A la hora
de trabajar, damos; a la hora de descansar, recibimos. Jesús
mantenía este equilibrio, y por eso hizo tantas cosas en tan sólo tres
años y medio. Cuando estás descansado:
(a) piensas con más claridad; (b) tomas mejores
decisiones; (c) vives confiadamente y (d) logras más en menos tiempo.
Un
presidente norteamericano se negó a tomar ninguna decisión importante
pasadas las 4.00 de la tarde. Él sabía que pocas veces una mente cansada
puede hacer buenas decisiones, y una mala decisión puede causar años de
sufrimiento. Detén ese ímpetu frenético por alcanzar el éxito. Toma tu
tiempo para disfrutar el presente. El fuego del deseo siempre continuará
con pleno vigor dentro de ti.
Aprende a controlar ese furor y redirígelo. Aprende a
descansar; ¡Jesús lo hizo
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